¿Por qué acudir a terapia psicológica?
Muchas veces en un intento de darle un sentido «aceptable» a nuestra historia personal caemos en el error inconsciente de romantizar el dolor.
Lo sublimamos hasta el punto de afirmar que somos quienes somos «gracias» a las cosas que nos han pasado porque la realidad es algo que nos cuesta asumir y soportar.
La manida frase de «lo que no te mata te hace más fuerte» no es verdad. Intentar hacernos los fuertes cuando por dentro estamos sufriendo no es más que una forma de continuar haciéndonos más daño.
Y cobra forma de síntomas psicosomáticos, forma de ansiedad, de depresión, de inseguridad, incapacidad, fobia, sumisión, rabia, intentos auto líticos, adicciones, emociones desbordantes, relaciones abusivas, y un sinfín más de defensas somáticas, cognitivas y emocionales que muchas veces aparecen por la dificultad que tenemos de validar el dolor, cuidarnos, repararnos y protegernos para no continuar sufriendo.
No nos damos libertad ni recursos para poder sanar de aquello que alguna vez nos hirió… (“eso ya pasó «, » todo pasa por algo», «el tiempo todo lo cura», «tengo que ser fuerte «, » tengo que controlarme», «hay gente peor», » no es para tanto», «llorar no soluciona nada» …)
Nos han inculcado la idea de que expresar nuestras emociones es infantil, mientras que reprimirlas es un signo de madurez.
Pero es importante comprender que, aunque a veces no nos guste lo que sentimos, siempre es importante lo que sentimos.
Y todavía aún más importante es responsabilizarnos de ello.
Porque sino es así como nos anestesiamos emocionalmente y evitamos, justificamos, tapamos, negamos, minimizamos, reprimimos, desplazamos, juzgamos, culpamos…etc.
Y es que no hay nada más humano que intentar huir del dolor y a todos nos gustaría ahorrarnos el mal trago de sentir lo que nos duele.
Pero engañarnos, no funciona.
La salud mental es importante de la misma manera que lo es la física.
Démosle su lugar ya que una no se comprende sin la otra.
Atender solo a lo físico siempre se cobra un peaje.
Los fármacos son, en ocasiones, una forma útil de reducir el sufrimiento, pero no de reparar el daño.
Vivimos en una cultura que nos ha «educado» a buscar las respuestas fuera, pero las respuestas están dentro de cada uno.
Nos hemos enfocado tanto en aprender a gestionar el mundo exterior que nos hemos olvidado de nuestro mundo interior.
Las emociones nos hablan. Es importante que les preguntemos qué nos quieren decir.
Validar y acoger, por lo tanto, el sufrimiento emocional es el primer paso.
Validemos sentirnos y mostrarnos vulnerables.
Cada emoción merece ser reconocida, sentida y abrazada.
Que callar no se convierta en un lugar seguro.
Cuidemos de nuestra emociones.
¿Cuándo pedir ayuda psicológica?
Me gustaría acompañarte en tu proceso psicológico y ayudarte a conocerte en profundidad a la vez que incidir en el hecho de que cualquier momento es bueno para iniciar una terapia.
La creencia popular que tenemos de que hay que estar muy mal o padecer un trastorno mental para acudir a terapia es muy peligrosa, inexacta e incierta.
También puedes ir a terapia si quieres:
- Dedicar tiempo a conocerte como forma de quererte.
- Aprender a conocer y gestionar tus emociones de manera saludable.
- Conocer tus heridas, carencias o creencias limitantes sobre ti mismo, aprendiendo a mirarte de una manera más atenta y compasiva y poder tomar libremente decisiones respecto a cómo quieres gestionarlas.
- Un espacio seguro para expresarte libremente sin ser juzgado.
En definitiva, elegir el camino del autoconocimiento es elegir quién quieres ser y poder vivir una vida más plena, consciente y libre.